Tras el viaje

Desde luego Bolonia no es una de las ciudades “top” de Italia como pueda ser Roma, Florencia o Venecia, pero no por ello desmerece una visita.

No tener tanto turismo hace que puedas disfrutar de ella con más tranquilidad, su centro histórico es pequeño y lo puedes recorrer todo en un día, pero también puedes hacer pequeñas excursiones como la de San Luca.

Además desde aquí, en tren puedes visitar otras ciudades que están muy cerquita, como Ferrara que fue la que elegimos nosotros, o Módena.

En invierno puede hacer bastante frío, suele llover bastante e incluso nevar algún día, pero nosotros tuvimos mucha suerte y además de que saliera el sol todos los días (solo estuvo algo nublado algún día pero sin probabilidad de lluvia), no nos hizo nada de frío, llegando durante el día a unos 10 o 12 grados.

De todas formas en caso de lluvia, esta ciudad esta genial, ya que puedes pasear por todas sus calles siempre bajo soportales, en las avenidas más anchas tienen en los dos lados y en las calles estrechas sólo en uno.

Y otro de los motivos que hacen que los días en esta ciudad sean agradables, es su costumbre del “aperitivi” que aquí no solo consiste en picotear algo antes de cenar, en algunos sitios puedes cenar perfectamente. Desde luego en el primer bar que nos metimos fue un desastre, pero poco a pocos fuimos progresando y encontramos lugares fantásticos. Al final sólo llegamos a cenar un día, el resto de noches con el “aperitivi” fue suficiente.

Italia, para nosotros, siempre es una buena elección, por su historia y por su gastronomía.

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