Ruta

Otro año más el viaje de febrero es un destino de Ryanair. A pesar de conocer ciudades tan impresionantes como Roma, Venecia, Florencia, y otras no menos bonitas como Siena o Pisa; para nosotros Italia siempre es una buena opción, por su historia y su gastronomía. La ciudad de Bolonia se puede ver en un día pero si dispones de más tiempo, siempre encontraras cosas que hacer, como llegar hasta la Basílica de San Luca, visitar otras ciudades como Ferrara, o simplemente pasear por sus calles repletas de historia. Y disfrutar todas las tardes, de esa buena costumbre que son los “aperitivi”.

Fechas: 11 al 15 de febrero de 2014.

Ruta:
Día 1: viaje y paseo por Bolonia.
Día 2: Bolonia (ruta por la ciudad).
Día 3: Bolonia (Basílica de San Luca).
Día 4: Ferrara.
Día 5: vuelta.

Día 1: viaje y paseo por Bolonia

Madrugón y al coche para ir aeropuerto, como era pronto apenas había tráfico y en menos de 20 minutos llegamos. Como el año pasado, elegimos la opción del Aparcamiento Lavacolla, que te recogen el coche en la misma puerta de salidas y luego a tu regreso te lo devuelven en el mismo sitio. Unos minutos antes de llegar llamamos,  y mientras bajábamos las maletas ya estaban llegando ellos, confirmamos los datos y ya está, hasta la vuelta. El parking por 5 días nos salió por 36 €.

Facturamos en un momento, pasamos el control, desayunamos y a esperar la hora del vuelo. Esta vez, aunque el vuelo fuera con Ryanair no había que ponerse tan pronto en la cola, ya que al facturar el vuelo por internet unos días antes, el programa ya nos asignó asientos, a nosotros para el vuelo de ida nos dio la fila 9, que no esta mal. Por lo visto desde el 1 de febrero Ryanair asigna asientos al hacer la facturación on-line.

El vuelo salió puntual a su hora, las 9’05. Vuelo tranquilo de dos horitas, que llegó unos 10 minutos antes de su hora oficial que era las 10’50; así que sonó la famosa trompetita. El aeropuerto de Bolonia no es muy grande y la maleta tardaría en salir 10 minutos, no más.

Al salir a la terminal, tienes un mostrador de Turismo, y allí mismo paramos a pedir un plano, justo al lado (en el mismo mostrador pero otra chica) puedes comprar el billete del autobús que te lleva al centro, su precio 6 € y hay que validarlo al subir al bus.

Saliendo a la derecha está la parada, lo pillamos justito (tienen una buena frecuencia, 15 minutos); el bus es la línea BLQ. Nosotros nos bajamos en la parada de San Pietro que esta en la céntrica Via dell’Indipendenza, a la que sólo tardamos en llegar 15 minutos.

El HOTEL CAVOUR lo teníamos a pocos metros de la parada, al llegar nuestra habitación ya estaba, así que subimos a dejar las maletas. La habitación estaba muy bien, así como el baño, y su localización era muy buena.

Y sin perder más tiempo antes de la 1 del mediodía nos disponíamos a conocer la ciudad. Comenzando como no, por su centro neurálgico, la PIAZZA MAGGIORE, hermosa plaza desde la que todo turista comienza su visita de la ciudad.






Sin olvidar la pequeña plazoleta PIAZZA DEL NETTUNO, con la fuente coronada por el Dios Neptuno.


Como la ciudad se puede ver en un día y las previsiones del tiempo para estos días eran inmejorables, tampoco habíamos pensado ninguna ruta a seguir; así que comenzamos con el MUSEO CIVICO MEDIEVALE, que se encuentra en Via Manzoni 4, muy cerca de la Via dell’Indipendenza. Lo más interesante es la colección de armaduras en el segundo piso y la colección de libros antiguos en el sótano; aunque nos esperábamos algo más, la verdad es que es prescindible. Horario de martes a viernes: 9 a 15 horas. Horario sábados y domingos: 10 a 18’30 horas. Precio: 5 €.


Tras esta visita ya se había hecho hora de comer, y como llevamos un par de horas en la ciudad no nos calentamos mucho la cabeza y fuimos a uno de pizza al taglio en Via dell’Indipendenza, PIZZA ALTERO, que no estuvo mal, pero no fue gran cosa, y además una de las empleadas era muy desagradable.

Tras la comida, decidimos pasear y hacer una ruta que es algo así como la “Ruta del Agua”. La ciudad de Bolonia esconde una red de de esclusas, canales y tuberías subterráneas bastante extensa, pero solo es visible una pequeña parte. La mayoría de la ruta no tiene mucho interés, pero sirve para pasear e ir conociendo la ciudad.

Lo más interesante es el inicio de la ruta, Grada (Viale Giovanni Vicini, 19), que era el punto por donde llegaba el agua a la ciudad desde Canale di Reno, que se remonta al siglo XIV.


Y también es interesante hacia el final de la ruta, la Finestrella di via Piella (Via Piella, 16), que es una ventanita desde la que se ve el canal, lo que pasa que en esas fechas no llevaba agua.


Como eran las 4’30 más o menos y no sabíamos que hacer, aprovechando que estábamos al lado del hotel, nos fuimos y nos echamos una siestecilla, habíamos madrugado bastante y además veníamos de unos días en Málaga con los amigos en los que no habíamos parado.

Luego a mitad tarde, pero ya de noche, salimos a tomarnos algo. Aunque Bolonia no pertenece a la región del Veneto (pertenece a Emilia Romagna), también tienen la costumbre de los “spritz” aunque no tanto como en Venecia; y también la del “aperitivi” como vimos en Florencia.

Elegimos uno al azar, pero el BAR IL CALICE (Via Clavature, 13) fue el peor de todo el viaje. Sólo nos pusieron unas papas y unas olivas, y cada “spritz” nos costo 7’50 €. Luego comprobamos que ese era más o menos el precio, lo que variaba era el aperitivo que acompañaba la bebida.

Pero eso no nos quitó la moral y continuamos buscando, fuimos a NU LOUNGE BAR, que está en Via de Musei 6, bajo unos soportales muy bonitos. Un lugar modernillo y con musiquita de fondo bastante agradable, aquí los “spritz” nos costaron prácticamente lo mismo, 8 € cada uno, pero te ponían un plato con diversas tapitas frías, pero que estaba muy bien; como el sitio nos gustó, repetimos y nos tomamos otro “spritz”.

Luego ya fuimos a cenar, a PIZZARTIST en Via Marsala 35 (otro lugar de pizza al taglio), muy cerquita de nuestro hotel. A pesar de que ya quedaba poco para que cerraran y que no hubiera ya gran variedad de pizzas para elegir, daba igual porque estaban todas buenísimas, no tenían nada que ver con las del mediodía; además uno de los chicos habla español y estuvimos un rato de chachara. Las pizzas y las cervezas nos salieron a los dos por 7’40 €.

Y luego al hotel, mañana ya nos tocata la ruta completa por la ciudad.

Día 2: Bolonia

Este día no teníamos prisa y nos lo tomamos con calma, ya que nuestro único objetivo era hacer la ruta que marca la Oficina de Turismo y que pasa por los principales monumentos de la ciudad. Así que tras el desayuno, comenzamos nuestra ruta a las 10 de la mañana.

Entramos un momento en la CATTEDRALE METROPOLITANA DI SAN PIETRO que la teníamos al lado.


Luego a la PIAZZA MAGGIORE, que aunque ya la habíamos visto ayer por la tarde, como la ruta comenzaba allí, volvimos y la vimos con otra luz. Lo que hace bonita a esta plaza, son los edificios que la rodean, como el Palazzo dei Banchi, la Basilica di San Petronio, el Palazzo dei Notai, el Palazzo d'Accursio y el Palazzo Re Enzo, que es donde se encuentra la Oficina de Turismo.








Entramos a la Basilica di San Petronio, y continuamos hasta el Palazzo dell’Archiginnasio cuya visita es gratuita. Horario de lunes a viernes: 9 a 18’45. Horario sábado: 9 a 13’45. Parece ser que hay una Biblioteca muy bonita, pero no es visitable, sólo lo es para los que tienen carnet de acceso.



Aquí se puede visitar el Teatro Anatómico del siglo XVII, que como su nombre indica era un sala para el estudio de la anatomía que es como un pequeño teatro, todo en madera. Horario de lunes a viernes: 10 a 17. Horario sábado: 10 a 14. Precio 3 €.


Seguimos hasta la BASILICA DI SAN DOMENICO, muy bonita por dentro, como todas. La visita a las iglesias es gratuita, lo que hay que tener en cuenta es que la mayoría cierran a mediodía, desde las 12 hasta las 3 más o menos.






Camino al siguiente destino pasamos por la Via Luigi Carlo Farini y otras cercanas, en las que hay unos soportales muy bonitos.






Continuamos hasta PIAZZA SANTO STEFANO que es muy bonita, con su Basilica al fondo.





Luego Corte Isolani que es como un pasadizo que conecta la Piazza Santo Stefano con Strada Maggiore, por pasillos y patios entre los bajos de las casas.

Foto: wikipedia (entrada Piazza Santo Stefano)

Foto: wikipedia (entrada Strada Maggiore)

Pasamos por delante de Le Due Torri y llegamos por la bonita Via Zamboni,  hasta la Zona Universitaria, que a aquellas horas estaba muy animada.

La ruta más o menos la habíamos terminado, porque el final era la Finestrella di via Piella que ya vimos ayer, y la Via dell’Indipendenza por la que pasamos de continuo; de hecho la Oficina de Turismo bautiza a esta ruta como “tres horas en el corazón de la ciudad”, así que larga no es.

Empezamos a tener hambre, y pusimos rumbo a la zona donde ayer tomamos nuestros últimos “spritzs” ya que enfrente había uno que no nos parecía mal.

El restaurante PIZZ@S está en el sótano, y a aquellas horas no había mucha gente, pero se acabó llenando, la mayoría debían ser locales porque todos hablaban con la encargada. Nos pedimos una “bruschetta” de entrante que estaba muy buena, y luego uno de “tagliatelle” a la boloñesa y otro de lasaña a la boloñesa, con unas cervecitas. La comida nos gustó, algo cara, pero la atención fue bastante buena y el local bastante bien. Los platos estaban bien de precio, pero lo que hizo que subiera fueron las bebidas, vale que que las cervezas costaran 5 € cada una, pero que el agua vaga 4 € ya es pasarse un poco; y además también se paga la tasa de “cubierto” a 2’50 € cada uno. En total nos costó 49 €, bien pero algo caro para lo que comimos.

"Bruschetta"

Tras la comida nos acercamos a la BASILICA DI SAN FRANCESCO, que queda fuera de la ruta que habíamos hecho por la mañana. Esta iglesia es de las que cierra a mediodía, y supuestamente abría a las 3, pero tras esperar 10 minutos y no abrir las puertas nos fuimos.


Y no nos pudimos resistir, volvimos al hotel a echarnos una siesta. Tras un rato de descanso, y un poco de internet en la habitación, salimos a tomarnos el “aperitivi”.

Comenzamos por la Zona Universitaria, en LA SCUDERIA en Piazza Verdi, allí el “spritz” valía 4 €, lo que lo acompañaba era un sándwich cortado en trocitos; el local es enorme y tienes que ir tu a la barra a pedirlo y traértelo a la mesa.

Por aquella zona esta lleno de bares que anuncian lo del aperitivo, y dimos una vuelta para ver cual elegíamos. Nos decidimos por uno tipo pub, llamado DOC en Via Zamboni, ya que los aperitivos se veían desde la cristalera de la calle y tenían buena pinta. Aquí el “spritz” valía 6 € (y hay que añadirle 0’50 € por el servicio de mesa). En muchos sitios (entre ellos este) esto del aperitivo funciona como un buffet, tu te levantas y te pones lo que quieras. Nosotros nos pusimos dos platitos, este buffet era de cosas sencillas, pero estaba muy bueno.


Decimos pasear un poco y acercarnos a la zona de Piazza Maggiore, vimos un sitio que estaba abarrotado de gente, así que decidimos entrar y sumarnos con los boloñeses. En ZEROCINQUANTINO que está en Via Pescherie Vecchie, no había “spritz”, la gente sólo bebía vino o cerveza, así que nos pedimos unas cervezas artesanales, una rubia y una tostada, que valían 4 € cada una. Este lugar funcionaba diferente, ya que la bebida no incluía el aperitivo; pero aquí todo el mundo se pedía lo mismo, un plato que era una especie de embutido acompañado de panes, así que no quisimos ser diferentes; el plato valía 10 € y  estaba bueniiisimo, pero ya casi no nos cabía, aunque hicimos un esfuerzo.


Tras estos aperitivos, ya no teníamos hambre para cenar, así que paseando tranquilamente volvimos al hotel.

Día 3: Bolonia

Nuevamente teníamos un estupendo día soleado, tras el desayuno salimos a las 9’30. Nuestra visita de hoy era la Basilica di San Luca.

De camino vistamos la BASILICA DI SAN FRANCESCO (la que ayer pillamos cerrada), entramos un momentito y continuamos ruta.



Llegar hasta la Basilica nos llevó alrededor de una hora y media, pero nos lo tomamos con tranquilidad; y podríamos decir que la ruta son como tres etapas diferentes.

La primera etapa es cruzando la ciudad hasta PORTA SARAGOZZA.


La segunda es por VIA SARAGOZZA, todo el rato por un camino de soportales.


Y la tercera comienza al llegar al PORTICO DI SAN LUCA E ARCO DEL MELONCELLO, que es donde se inicia la ascensión, también a través de soportales.


El camino es bastante curioso, siempre bajo los soportales, que van combinando cortos tramos de escaleras con rampas. También se puede llegar en autobús, desde el centro el 20 hasta Villa Spada y luego allí con el 58.






Desde algunos puntos se puede ver el centro histórico de la ciudad a lo lejos.



Los arcos están numerados desde Via Saragozza, la ascensión comienza en el arco 317, y finaliza en el 658 al llegar a la Basilica.




La BASILICA DI SAN LUCA en si no es gran cosa, pero si se dispone de tiempo es un paseo muy agradable. Horario invierno: 7 a 17 y los días laborables cierra de 12’30 a 14’30. Horario verano: 7 a 19. Visita gratuita.


Tras una breve visita, comenzamos el camino de vuelta al centro. Bajando nos entretuvimos en contar los tramos de escaleras, y nos salieron alrededor de 50, teniendo en cuenta que los hay de 6, de 7 y de 8 escalones, sumando todo salen aproximadamente unos 350 escalones.








Una vez en el centro pasamos por el hotel a dejar la mochila, y luego Alfredo subió a la TORRE ASINELLI, construida en el siglo XII por una familia del mismo nombre, inicialmente medía 60 metros, pero posteriormente ampliada hasta los 97 metros. Fue en el siglo XVII cuando se completo el interior con sus 498 escalones; que aunque son muchos según Alfredo no se hacen nada pesados. La verdad es que las vistas merecen la pena, y con tanta altura no es de extrañar que se vea toda la ciudad. La pena es que a aquellas horas se había nublado un poco. Horario: 9 a 17. Precio: 3 €.












Incluso se ve desde lejos San Luca al fondo.


Ya eran las 2 de la tarde, hora perfecta para comer, así que fuimos a PIZZARTIST, donde cenamos el primer día y que tanto nos gustó; a aquellas horas el minúsculo local estaba abarrotado, no paraba de entrar y salir gente; pero conseguimos un rinconcito donde poder comer. Las pizzas y las cervezas que nos pedimos nos costaron 14 €, deliciosas todas las pizzas.

Tras la comida pusimos rumbo al MUSEO DELLA RESISTENZA, que está en un antiguo Convento en Via Sant’Isaia (cerca de la Basilica di San Francesco). Es un pequeño museo que cuenta la historia de la Resistencia en Bolonia. Nuestra idea era echar un ratillo, pero había allí un chico de los del museo, con el que estuvimos hablando un buen rato tanta de Italia y la Segunda Guerra Mundial, como de España y la Guerra Civil. Al final echamos más de 1 hora hablando. Si solo se ve el museo, en 10 minutos has acabado, pero como nos acompañó en toda la visita e íbamos comentado cosas, la visita se hizo muy amena. Horario lunes y jueves: 15’30 a 18’30. Horario martes, miércoles y viernes: 10 a 13. Visita gratuita.



Volvimos a la Piazza Maggiore, y ahora sí conseguimos subir a la Terraza de la Basilica di San Petronio. Horario: 9’30 a 18. Precio: 3 €. Por la mañana la vimos cerrada, pero se ve que como están en obras, no siempre está abierta; se sube por el andamiaje, y no son muchos escalones, pero la verdad es que las vistas son bastante bonitas.






Tras está visita compramos unos regalitos y volvimos al hotel a dejarlos, como era pronto aprovechamos y le dedicamos un rato a internet para contactar con los amigos.

Sobre las 7 y poco salimos a por nuestro “aperitivi” y repetimos los lugares de que la tarde anterior, pero en distinto orden.

Fuimos primero al ZEROCINQUANTINO y nos pedimos lo mismo que ayer, las cervezas artesanales y el plato de embutido con los panes, hoy nos pillaba con hambre y lo disfrutamos más que ayer. Desde luego buenísimo y el local a tope como el día anterior.


Después al CDQ en Via Zamboni, donde nos pedimos nuestros “spritzs” que tanto nos encantan, pero este día el buffet de tapitas no nos gustó tanto, quizá porque no era tan de nuestro agrado como el día anterior, o quizá porque ya veníamos con lo que nos habíamos zampado en el local anterior.

Tras estos aperitivos, ya no teníamos más hambre, también porque en la comida nos pusimos de pizzas hasta arriba; así que volvimos tranquilamente al hotel, que nos pillaba a 5 minutillos.

Mañana nos íbamos de excursión en tren.